
REAL MADRID 1 DINAMO DE KIEV 1 
3 de marzo 1999
Madrid, estadio Santiago Bernabeu, 35000 espectadores.
Árbitro: Stefano Braschi (Italia).
REAL MADRID CF, 1; FK DYNAMO KYIV, 1.
Goles: 0-1 (53’) Shevchenko. 1-1 (66’) Mijatović.
Real Madrid CF: Bodo Illgner; Christian Panucci, Fernando Ruiz Hierro, Manolo Sanchis[] (Iván Campo 57’), Roberto Carlos da Silva; José María Gutiérrez “Guti”, Fernando Redondo, Clarence Seedorf (Sávio Bartolini 57’); Raúl González, Predrag Mijatović, Fernando Morientes (Davor Šuker 76’) <entrenador: John B Toshack>.
FK Dynamo Kyiv: Oleksandr Shovkovskiy; Oleg Luzhniy (Oleksandr Kiryukhin 89’), Vladislav Vashchuk[], Aleksandr Golovko, Kakha Kaladze; Aleksandr Khatskevich, Andriy Gusin, Valentin Belkevich (Vasyl Kardash 79’), Vitaliy Kosovskiy (Sergey Kormiltsev 83’); Serhiy Rebrov, Andriy Shevchenko <entrenador: Valeriy Lobanovskiy>.
El Madrid saltó al campo con la intención de recordar viejas gestas europeas y desde el primer minuto llevó el balón al área del Dynamo con insistencia y peligro. Las ocasiones fueron sucediendo una tras otra con mayor o menor intención. Llegaron a apuntarse hasta ocho de entre las cuales una de Guti y otra de Morientes bien merecieron ser gol. Solo al final de este periodo el Dynamo despertó y mostró lo peligroso que podía llegar a ser. Y así fue tras el descanso. En el minuto 53 y saque de puerta muy potente llega al medio campo madridista sin que la defensa se muestre contundente para despejarlo. El balón llegó a Shevchenko quien como una bala se adelantó a todos y batió a Illgner de tiro raso. Era la oportunidad que estaba esperando el letal delantero. No se amilanó el Real Madrid y siguió insistiendo, aunque ahora los ucranianos sí lograban acercarse con mucho peligro a la zona de Illgner. Finalmente una falta al borde del área hecha sobre Morientes fue botada con precisión por Mijatović para establecer el empate. En los minutos finales hubo de nuevo una fuerte iniciativa del Madrid en busca de un nuevo gol que no llegó porque los visitantes mantuvieron muy bien arropado a su portero. Todo quedaba pendiente para el partido de vuelta
